La deglución atípica y sus consecuencias sobre nuestra salud
El proceso de deglución es imprescindible para preservar la vida, ya que al ingerir alimentos y bebidas nos procuramos la energía y los nutrientes que requieren nuestras células para la correcta realización de las funciones metabólicas involuntarias que ocurren a cada momento en nuestro organismo, así como de las actividades que realizamos en nuestro día a día.
Motivado por lo anterior, no solo es importante atender a los componentes nutricionales de lo que comemos y bebemos en nuestra búsqueda de obtener una dieta balanceada que nos aporte salud, sino que también hay que procurar que nuestros cuerpos cuenten con las condiciones adecuadas para garantizar que dicho proceso se efectúa de manera correcta.
¿Qué es la deglución?
En las ciencias relacionadas con la salud humana se define como deglución al paso y procesamiento de los alimentos desde su ingreso en nuestras cavidades bucales hasta llegar al estómago. Como se ha destacado en los textos especializados, el proceso digestivo comienza con la fase de corte, desgarre y/o triturado de las porciones alimentarias para obtener trozos más pequeños.
Cuando se obtiene el tamaño adecuado, la lengua se encarga de dar forma, junto con la participación de la saliva, del bolo alimentario. Esta estructura tiene una consistencia pastosa y formas irregulares. En este momento se inicia la degradación de los carbohidratos de dicho bolo por medio de la acción de las enzimas salivales.
Una vez que dicha masa cuenta con las características adecuadas para pasar por las fases siguientes, la lengua ejerce el impulso que se requiere para hacerla caer hacia la faringe. Luego pasará por una estructura anatómica muscular llamada esófago, la cual realiza una serie de movimientos ondulatorios con los que desplazar el bolo alimentario hacia el estómago, donde los residuos de los alimentos serán reducidos en partes aún más pequeñas, mediante la actuación de los ácidos gástricos.
La fase final de la asimilación de los macro y micronutrientes se efectúa en el intestino delgado, el cual cuenta con unas vellosidades microscópicas, que se asemejan a minúsculos dedos, que tienen como función primordial hacer que las sustancias digeridas sean incorporadas al torrente sanguíneo, desde el que serán distribuidos a los órganos y tejidos de nuestros cuerpos.
¿Cómo es una deglución normal?
Un proceso de deglución normal o típica conlleva el funcionamiento armónico e integrado de cerca de 30 músculos, los huesos maxilar y mandíbula, la articulación temporomandibular y varios órganos, válvulas y esfínteres, así como varios pares nerviosos encefálicos. De la misma forma, es importante indicar que, en este tipo de deglución, no solo participan los elementos propios del sistema digestivo, sino que adicionalmente se integran algunos elementos del sistema respiratorio.
Por otra parte, en este contexto deberán llevarse a cabo de manera adecuada las fases voluntarias (masticación, formación del bolo alimentario y pase a la laringe) y las involuntarias (fases posteriores al procesamiento en la cavidad oral). Más allá del propio funcionamiento y la sincronización entre los componentes que participan en este proceso, es necesario que las estructuras orofaciales cuenten con las formas necesarias para conseguir una deglución óptima.
¿Qué es una deglución atípica?
Cuando el proceso de masticado y tragado de alimentos se ve obstaculizado por limitaciones en el movimiento de la lengua u otras estructuras anatómicas bucales, estamos ante la presencia de un fenómeno que se conoce como “deglución atípica”. En ocasiones, esto también puede resultar una consecuencia no deseada de la falta de coordinación entre los músculos participantes.
Tipos de deglución atípica
Una de las formas erróneas de deglutir consiste en proyectar la punta de la lengua hacia adelante, hasta ubicarla en el espacio existente entre los dientes o en la cara posterior de los dientes caninos superiores centrales. En el marco de una deglución correcta, la lengua deberá elevarse hasta tocar el paladar como medio para impulsar el bolo alimentario hacia la faringe. Si esto último no ocurre, es probable que resulte más difícil tragar.
Cuando ingerimos es necesario que exista un adecuado sellado de las porciones anteriores de nuestras dentaduras, en las que se encuentran los dientes caninos e incisivos. Si existen anomalías que imposibiliten su cierre, es común que el labio inferior se ubique detrás de los dientes superiores. Al suceder lo anterior, se ejercerá un esfuerzo excesivo sobre los músculos del mentón, lo que provoca problemas en la deglución.
Otra disfunción relacionada con la deglución ocurre cuando una persona tiende a dejar caer su cabeza hacia atrás como medio para facilitar el paso del bolo alimentario hacia el tracto digestivo. Normalmente, las personas deberían poder tragar adecuadamente utilizando únicamente las capacidades de movimiento de los músculos faciales y orales, sin necesidad de mover sus cabezas.
Por último, cabe destacar que un indicador de la presencia de degluciones atípicas puede ser la emisión de ruidos inusuales a la hora de tragar. Se ha señalado que el uso excesivo de la fuerza muscular de las estructuras orofaciales, así como la retracción del dorso lingual, pueden ser los responsables de la generación de ese tipo de sonidos no deseados.
¿Cuáles son las causas de la deglución atípica?
Como se ha indicado anteriormente, la deglución atípica puede deberse a problemas relacionados con la forma y funcionalidad de elementos orales y faciales relacionados con problemas en su desarrollo. Dentro de esta categoría, se encuentran las alteraciones de mordida o tamaños de maxilares, tales como la mordida abierta, la mordida cruzada y la mordida invertida; la ausencia de los dientes incisivos superiores y/o inferiores; la limitación en el movimiento de la lengua, por contar con un frenillo muy corto o fibroso; y la hipertrofia amigdalar.
Sin embargo, es probable que el recrecimiento de las glándulas adenoides también pueda ser causante de la deglución atípica. Los componentes anatómicos ubicados en la parte posterior de la cavidad nasal pueden dificultar la inspiración de aire cuando cuentan con tamaños muy grandes, haciendo que el afectado recurra a la respiración oral como medio para obtener la cantidad de oxígeno que requiere. Se ha determinado que ese tipo de respiración es una de las principales causantes de una ingestión anormal.
Por otra parte, existen otras causas de deglución atípica que se relacionan con la práctica de ciertos hábitos dañinos durante la niñez. Entre ellos, los más comunes son: la succión de dedos, labios u otros objetos por períodos muy prolongados, uso extendido del biberón o chupetes y morderse las uñas, entre otros.
Consecuencias de la deglución atípica
Entre los efectos adversos asociados con la deglución atípica tenemos los siguientes:
- Prognatismo maxilar, conocido como mordida invertida.
- Aumento de las distancias entre los incisivos centrales (diastemas centrales) y posibles apiñamientos dentales.
- Inclinación de los incisivos inferiores como producto de la presión que ejerce la lengua sobre estos.
- Mordida abierta anterior o posterior.
- Mordida cruzada posterior.
- Problemas en la fonación.
Tratamiento de la deglución atípica
Las acciones terapéuticas que se realizan para corregir la deglución atípica suelen constar de la aplicación de soluciones ortodóncicas, si es que existen problemas derivados de maloclusiones; así como de la creación de nuevos hábitos a la hora de ingerir alimentos. En ocasiones, también deberán seguirse protocolos diseñados para mejorar la formación de los fonemas empleados en la comunicación oral.
Con respecto a la utilización de medios ortodóncicos, es conveniente resaltar que pueden utilizarse aparatos intraorales para corregir la disposición y orientación dentaria, junto con dispositivos extraorales, que permitirán ajustar el tamaño y la posición del hueso maxilar y/o mandíbula para conseguir la proporción y ubicación que se desea. No obstante, si la persona que presenta esta alteración es adulta, es probable que tenga que pasar por una cirugía ortognática.
Por otra parte, es muy común que el paciente deba recibir terapia miofuncional como medio para fortalecer los músculos orofaciales relacionados con la deglución, así como reeducarlos sobre la forma adecuada de proceder en estos casos y crear un hábito para integrar los comportamientos adecuados a su vida diaria de forma automática. En este contexto, se trabajará desde la postura a la hora de comer hasta la respiración, el masticado y tragado.
Por último, resultará necesario que se incorporen terapias de lenguaje para mejorar la pronunciación de los sonidos que normalmente se emiten en la comunicación humana, siempre y cuando la deglución atípica haya afectado esta esfera.
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