¿Sabes a qué se debe el sabor metálico en la boca? Te lo explicamos
Percibir un sabor metálico en la boca es una condición muy común que podemos sentir en diversas ocasiones sin que esto deba preocuparnos. Por lo general, puede aparecer tras ingerir algunos alimentos y desaparecer al poco tiempo sin ningún tipo de intervención por nuestra parte. Sin embargo, hay personas que pueden presentar dicha sensación por periodos de tiempo prolongados o incluso perder el apetito por su intensidad.
Cuando lo anteriormente descrito ocurre, es recomendable asistir a una consulta odontológica con el fin de determinar sus posibles causas y establecer los mecanismos más adecuados para proceder. En algunos casos, este tipo de sabor suele provenir de alteraciones de salud que pueden solventarse fácilmente, pero en ocasiones, puede ser el síntoma de graves afecciones crónicas, las cuales solo podrán obtener tratamientos sintomatológicos, sin llegar a resolverse por completo.
No obstante, todas las medidas terapéuticas que existen en la actualidad permiten mejorar la calidad de vida del paciente, por lo que, si cuentas con una sensación de sabor metálico persistente en la boca, o la misma ha causado una disminución de tu apetito, te invitamos a consultar con un especialista en el cuidado de tu salud oral. En ocasiones, podrá remitir tu caso a otros profesionales del sector sanitario para otorgar un abordaje más integral al problema.
A continuación, analizaremos los aspectos más relevantes relacionados con esta alteración, así como sus posibles causas, síntomas y las medidas destinadas a reducir su impacto o a eliminar completamente su presencia. Sin más a qué hacer referencia, empezamos.
¿Qué es el sabor metálico en la boca?
La presencia de sabor metálico en la boca se conoce en el ámbito odontológico como disgeusia y contempla la alteración en la percepción de los sabores que percibimos a través de nuestras papilas gustativas. Cuando esta se presenta por un largo tiempo, puede cambiar la manera como percibimos las propiedades de los alimentos y bebidas, pero en algunos casos, solo se presenta en las horas posteriores al haber consumido ese tipo de sustancias, desapareciendo por completo a lo largo del día.
La disgeusia a veces puede generar sabores salados o rancios que no corresponden con ningún tipo de estímulo externo. Con menor frecuencia, esta condición puede ser acompañada por una mayor sensibilidad en los tejidos blandos de la boca, llegando a convertirse en ardor o incluso dolor.
Una de las dudas más recurrentes con relación a este tipo de enfermedad radica en sus causas. No obstante, es importante indicar que ella puede surgir por la existencia de una o varias alteraciones, tanto locales (producidas en la boca), como provenientes del funcionamiento inadecuado de órganos cercanos, o aún como producto de padecimientos sistémicos. Como ocurre con una gran parte de las afectaciones orales, la disgeusia podrá tratarse de distintas formas, según su origen.
¿Cuáles son las causas tras el sabor metálico en la boca?
Resulta particularmente complicado determinar las condiciones que pueden haber promovido la aparición de la disgeusia si no se tiene en cuenta la historia médica del afectado, pues en la formación de los sabores intervienen varios órganos y estructuras anatómicas.
Alteraciones bucales o respiratorias
Se reconoce que en la determinación de los sabores participan predominantemente las papilas gustativas ubicadas en la lengua y otras porciones del tejido blando bucal, así como también el sentido del olfato. Mientras las primeras microestructuras ayudan a identificar la naturaleza del sabor (ácido, amargo, dulce, salado, umami, astringente y adiposo), el sistema olfativo le otorga su “personalidad” característica.
En consecuencia, tanto las afecciones bucales como las nasales o respiratorias pueden incidir en dicha percepción errónea. Entre ellas, podemos destacar las enfermedades gingivales, sinusitis, pólipos nasales, adenitis salival, faringitis, xerostomía (boca seca) y otras.
Afectación de estructuras extraorales cercanas
Por otra parte, se ha identificado que algunas infecciones producidas en el oído pueden causar el mismo efecto en algunas personas, puesto que existe una conexión entre las papilas gustativas y el oído medio a través del nervio llamado “cuerda del tímpano”. Cuando dicha estructura resulta afectada por la proliferación de bacterias u otros microorganismos dañinos, es probable que se sienta el consabido sabor metálico.
Asimismo, podrían darse casos en los que lesiones craneanas o de otras partes de la cabeza sean responsables de algunos tipos de disgustos.
Consecuencias farmacológicas
De la misma manera, existe una gran cantidad de fármacos entre cuyos efectos secundarios se encuentra la generación del desagradable sabor mencionado anteriormente.
Esto ocurre muy a menudo en tratamientos que incluyen la toma de medicamentos con algunas moléculas antifúngicas, antibióticas, antihipertensivas, antihistamínicas, antidepresivas y antivirales; así como aquellas que tienen por objeto regular la función cardíaca o los procesos digestivos, entre muchas otras.
Trastornos neurológicos
Una de las causas menos comunes tras la aparición de disgeusias, pero que se ha identificado con precisión como causante de estas, es la presencia de alteraciones neurológicas. Como posiblemente sabrás, la interpretación de la información sensorial es llevada a cabo por el cerebro, por lo que, si existen problemas en la estructura o funcionamiento de este, es probable que se altere la percepción del sabor.
El principal problema que puede presentarse en estos casos es la presencia de tumores que afecten a determinadas partes del tejido cerebral u otros elementos importantes del sistema nervioso.
Deficiencias de vitaminas y/o minerales
Muy a menudo ocurre que las disgeusias son causadas por el consumo deficitario o excesivo de algunas vitaminas o minerales en el contexto de nuestras dietas. En particular, se ha apuntado a que los niveles bajos de zinc o elevados de hierro y cobre pueden ser los responsables de la sensación metálica en nuestras bocas.
Síndrome de Sjögren
Esta enfermedad se caracteriza como autoinmune, ya que la misma produce que el sistema inmunológico ataque y destruya las membranas encargadas de generar la saliva y las lágrimas. Al acontecer lo precedente, disminuirá significativamente la creación de dichas sustancias, por lo que, tanto los ojos como la cavidad bucal podrían no contar con el nivel de lubricación que requieren para funcionar normalmente.
Las personas que padecen dicha condición suelen contar con niveles variables de sequedad bucal, la cual, en algunos contextos, puede producir el sabor metálico.
Otras causas
Si bien se han identificado como más habituales las causas listadas anteriormente, también existen muchas otras que pueden producir las mismas consecuencias.
En tal sentido, podemos señalar que algunos traumatismos en la boca, la presencia de quemaduras en la lengua, las enfermedades degenerativas de las capacidades intelectuales, ciertas condiciones psiquiátricas, factores congénitos, el embarazo y la afectación de la articulación temporomandibular podrían relacionarse igualmente con las disgeusias.
Tratamiento del sabor metálico en la boca
Los tratamientos destinados a mitigar o eliminar el sabor metálico en la boca pueden ser tan diversos como las causas que lo motivan. De hecho, la adecuada identificación de ellas es necesaria para establecer el tipo de tratamiento idóneo. En algunos casos bastará con incluir pequeñas modificaciones en el estilo de vida, mientras que, en otros, es probable que deba seguirse un tratamiento farmacológico específico o que se deba pasar por procesos quirúrgicos.
De la misma manera, puede resultar necesario suspender la ingesta de medicamentos o, al menos, sustituirlos por otros, cuando ellos sean los responsables de haber generado la sensación metálica en la boca. Las variantes crónicas pueden tratarse desde la perspectiva sintomatológica con gran efectividad, minimizando los efectos negativos producidos y mejorando de ese modo la calidad de vida del afectado.
No obstante, todos los especialistas en salud oral coinciden en la importancia de la higiene bucodental como medio para prevenir las disgeusias relacionadas con enfermedades bacterianas o microbianas que afectan la boca y sus componentes; así como forma de mitigar el mal sabor que estas producen.
Si cuentas con una alteración en tu sentido del gusto que se ha prolongado durante mucho tiempo o su intensidad afecta tu vida diaria de modo determinante, te invitamos a acudir a consulta con tu odontólogo de confianza. Este tipo de profesional del área sanitaria podrá guiarte en los tratamientos que podrías necesitar, así como que aclarará todas las dudas que puedas tener sobre esta y cualquier otra alteración que afecte la estética o la salud de tus tejidos bucales.
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